domingo, 21 de febrero de 2010

"El bufete de mi madre me sacará de esto..."

Aquel gigantesco hombre estuvo apuntó de alcanzarla si no fuese porque oyó una voz y retrocedió unos centímetros.

-¿Leo?- también ella lo había escuchado. ¿Quién era? ¿Es qué había alguien viéndola? ¿Y si era aquel hombre que creía que era un rápido violador y tan solo era un amigo? Peor aún… ¿Y si era un desconocido que sabía su nombre por alguna circunstancia, porque la conocía o lo que fuese y la llamaba para despistarla? Pero no, no era aquel hombre.

-¿Oliver?

-Leonor, ¿por qué corres? ¿Estás bien?- preguntó preocupado.

-Dios mío, Oliver, gracias por estar aquí.- pero ella aún no era capaz de divisarlo y tampoco creía que estuviera cerca. De repente notó como algo la agarraba con fuerza y le tapaba la boca con una sudada y maloliente mano de gruesos dedos. Intentó gritar pero no podía al menos se escuchó el sonido de su garganta que no paró hasta que le comenzó a escocer. El asqueroso hombre la arrastraba a las sombras de una calle sin salida y vacía.

-¿Leonor? ¿Qué te pasa? Leonor, ¿dónde estás? – preguntó nervioso Oliver Mason al darse cuenta que algo no iba bien.

Entonces el individuo, en un descuido de disminuir su fuerza taponando la boca de la chica, Leonor consiguió morderle fuertemente la mano hasta que notó la sangre brotar por la boca y gritó con todas sus fuerzas:

-¡Socorro!, ¡ Oliver! ¡Estoy aquí!- corrió a decir Leonor que pensó en dar un alto chillido para que su novio encontrara el lugar. Por fortuna así fue.

-¿Leonor, estás aquí? Pero… ¿quién eres tú?- solo le dio tiempo a decir eso cuando una sombra le golpeó en la cara. “Pero que coño…” le volvió a empujar hasta que lo empotró con una pared fría y húmeda con olor a frito, debido al restaurante de comida rápida Jacson’s Food, era la parte trasera, la zona de la basura.

Entonces Oliver comprendió de que iba la historia y antes de que le volviera a golpear se giró sobre sí mismo y escuchó el golpe de puño en la pared. “Dios, eso me habría dejado inconsciente, sin duda.” Intentó buscar con la mirada a su novia pero todo estaba demasiado oscuro. Decidió agacharse y pensar en la situación desde abajo, donde no pudiera pegarle más puñetazos, tampoco sabría que se había agachado para patearle. Vale, Leonor está llorando acuclillada en la esquina y ese hijo de su madre aún me busca por la pared.” Vio un gran cubo de basura esférico y profundo, y sin más dilaciones decidió agarrarlo volverse al desgraciado e introducirlo por la cabeza para desorbitarlo. Acto seguido lo dio una patada con todas sus fuerzas y lo empujó en la pared donde se dio un fuerte golpe y se quedó en el sitio.

-¡Vamos, Leonor! ¡Corre!

Leonor obedeció sin pensar y corrió para ponerse a salvo. Pero ¿qué es lo que haría Oliver? ¿Cómo lo iba a dejar solo con ese bicharraco? Tenía que ayudarle. De acuerdo, ¿qué puedo hacer? La policía tardará en llegar y ese hombre era demasiado robusto, Oliver no podrá con él, así que tengo que ayudarle a derribarlo. Venga, Leonor no pienses, actúa.

Miró por todos lados buscando alguna cosa, instrumento o persona que le ayudara a defender a su chico.

-¿Por qué no puede haber un bate de beisbol apoyado en la pared de algún establecimiento como pasa en las películas?- se dijo para sí misma, agobiada por no encontrar algún utensilio que la auxiliase. Sus piernas comenzaban a flaquear y se dio cuenta que desfallecería en cualquier momento. “Necesito… sentarme…” Un estruendoso ruido se escuchó en el callejón donde golpeaban a Oliver y Leonor aún no había hecho nada por ayudarlo.

-Vamos, Leonor, tranquila. Oliver te necesita así que respira profundo.- se dijo.- vamos, soy Leonor Saint Bonnet. He hecho cosas peores…- entonces mientras levantaba el rostro vio cuan ciega había estado, pues el coche de Oliver descansaba con la puerta abierta en mitad de la calle. Se levantó con un poco de dificultad pero consiguió llegar al coche.

-¡Genial!- exclamó estupefacta cuando vio que Oliver se había dejado la llave en el contacto cuando salió nervioso a auxiliarla.- De acuerdo, ¿qué puedo hacer?- entonces se le ocurrió algo.

Se acomodó en el asiento del conductor, ajustó rápidamente el sillón a su posición y se abrochó el cinturón. Giro la llave en el contacto y apretó el botón del aire acondicionado que le dio un buena sensación de frescor que le arrebató los nervios y el decaimiento. Pisó el acelerador en punto muerto y buscando la dirección de la callejuela, levantó levemente el pie del acelerador y quitó el freno de mano. Tal y como había hecho antes, presionó fuerte el acelerador de nuevo pero esta vez no en el sitio, por el contrario el coche gruñó con un ruidoso sonido y sintió el cosquilleo que se liberó por todo su cuerpo. Sentía la adrenalina expandirse por cada centímetro de su menuda figura y notó a la velocidad a la que se acercaba a la pareja de hombres peleando a muerte. Debido a la adrenalina del momento, de los terribles deseos por ayudar a su novio y aquellos por liquidar a esa bestia, sus sentidos se agudizaron y vio perfectamente el contorno donde se encontraban, ahora con cara de espanto al ver aproximarse a tal velocidad un feroz coche que no daba la impresión de pararse en algún momento.

El miedo los paralizó, no podían andar ni hablar. Pero Oliver reconoció su coche y a la chica que iba dentro. Imaginó el plan y se echó a un lado mientras el gigantesco hombre no se daba cuenta de sus pasos. Leonor fijo su vista y el resto de los sentidos en su objetivo, en su posible víctima. “Podría atropellar a este desgraciado, al fin y al cabo es en defensa propia. Además el bufete de mi madre no permitirá que me pasara nada. Me pondrán un gran monumento a mi honor por excluir del mundo y el resto de las mujeres a este violador sin nombre. No volverás a dañar a nadie, hijo de perra. Te acordarás de mi resto de tu vida o con un poco de suerte no te quedara vida que recordar. Voy a por ti.”

Entonces la imagen de Cameron se le vino a la cabeza, la imagen de su hermana. ¿Qué pensaría ella? No le gustaría ni de coña “Cameron...” Pero no aminoró el paso, casi entra en estado de shock llevándose al estúpido delincuente por delante y su propia vida atravesando la pared. Sus extremidades no le respondían, su pie no soltaba el acelerador, su cerebro no pensaba. De manera inconsciente la imagen aterrada de Oliver le vino a la mente y sus ojos se dirigieron directamente a la figura asustada de su novio. Su pie soltó el acelerador y apretó con toda la fuerza que le fue posible el freno y en el mismo instante hizo con el freno de mano. Leonor ya no era capaz de pensar, solo actuaba, su cuerpo hacía lo propio y a su manera, ella no sabía cómo lo consiguió. Oliver se quedó unos segundos paralizado pero consiguió correr a la puerta del copiloto y abrocharse el cinturón mientras el cuerpo de Leonor lo sacaba de ahí con su coche.

1 comentario:

  1. wow! ME ENCANTA!! LA VERDAD ES SUPER ME HIOPER FINO ESTE CAP.! SIGUE!!!
    UN BESOTE
    MARIANA!

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