lunes, 22 de febrero de 2010

La fiesta de los Queen ¿Y Leonor?



“I gotta feeling that tonight's gonna be a good night
That tonight's gonna be a good night “


Sonaba de fondo mientras las chicas corrían por las habitaciones de un lado para otro, maquillaje, planchas, colorete, sombras, tenacillas, cinta, zapatos…

-¿Georgianna, qué te queda?- preguntó impaciente Cameron por salir de casa.

-Estoy buscando mis zapatos.- contestó la prima desde el suelo y con la cabeza bajo la cama.- ¿sabes dónde están?

-Pues no.- le respondió justo en el momento que los vio bajo el sofá del mini salón de su habitación.- ¡Eh, Georgia! Están aquí. Date prisa. ¿Ha llamado mi hermana?

-Oh, gracias.- le dijo mientras corría al lanzarse al suelo.- Mi móvil no ha sonado y tampoco escuché en ningún momento el tuyo.

Después de media hora más, bajaron en el ascensor mientras les esperaba la limusina abajo.

-¿La limusina?- se extrañó Georgianna.- ¿Por qué no vamos en mi coche?

-¿Sabes dónde está la casa de los Queen? Bien, pues yo tampoco.- le contestó su prima montándose en el cálido vehículo. Dirigiéndose al chófer, dijo.- A la calle Kristal Boo, Roger.

-Claro, señorita. ¿Casa de los Queen?- se atrevió a preguntar el conductor.

-Exactamente, ¿sabes dónde está, Roger?

-Sí, señorita Saint Bonnet. Para allá, ¿verdad?- quiso asegurarse el hombre.

-Pues sí, y Roger.- añadió la chica mientras se acondicionaba al asiento.- intenta no escuchar más las conversaciones ajenas, ¿sí?

-Sí claro, señorita, perdone.- se lamentó Roger, pensando que no se había dado cuenta de su intromisión y cerrando la ventana tintada que dividía la zona del conductor con la espaciosa estancia de los dueños.

Georgia la miró sonriendo, pues ella aunque se había dado cuenta de atrevimiento del chofer al suponer a donde se dirigían por la conversación, tampoco se esperaba que su prima le reprimiera.

-Te felicito, Cameron. Creo que nunca te vi regañar a ningún sirviente sin lamentarte después.- le dijo mientras lucía unos fabulosos dientes blancos con malicia.

-No lo hagas, sigue sin gustarme. Pero no es culpa mía que cada vez sean más confiados. ¿Una copa?- dijo Cameron mientras con la ágil mano sacó dos copas limpias del compartimento de delante.

-No, no. Gracias, pero me espera una larga noche por delante. Espero llegar viva a mi casa.

-No seas niña. No me puedo creer que no puedas con una copita de nada.- le bromeó su prima.- me siento terriblemente decepcionada, Geor.

-Entre Leonor y tú me lleváis por el mal camino, querida.- le contestó mientras le arrebataba una de las copas de la delicada mano de su prima. Se rió.- ¿Qué tienes por ahí?

-Por cierto, ¿qué habrá sido de Leonor? Antes la estuve llamando y no me lo cogía, y tampoco tengo el teléfono de Courtney. – le dijo con suave voz, mientras sacaba de la guantera una botella de Lambrusco.- ¿Crees que habrá tenido algún problema con lo que estaba tomando? Había mezclado mucho…

Georgianna no sabía que decirle, la única respuesta que se le ocurría no era positiva y no quería estropear la fantástica noche que les esperaba.

-Probablemente estará haciendo el tonto con Courtney. No te preocupes, ya la veremos ahora.- le dijo con una de las sonrisas más cálidas y confortable que le podía salir en aquel momento.

Cuando llegaron a la fiesta, Georgianna salió de la limusina, pero Cameron volvió a inclinarse hacia delante mientras apretaba el botón que bajaba la ventanilla divisora.

-Roger, tiene usted que venir a recogerme.- le indicó.

-Por supuesto, señorita Saint Bonnet. Dígame a qué hora y aquí estaré.- le preguntó con inocencia mirándola a los ojos, que se volvieron incrédulos en cuanto formuló la pregunta.- em… esto…

-Roger, ¿de verdad piensas qué te voy a decir la hora de recogida cuando estoy asistiendo a una fiesta? Piénsalo…- le contestó con voz burlona y mientras sus piernas iban apareciendo por la puerta le dijo sin apenas dirigirle una sola mirada de consideración.- ya te llamaré. Buenas noches.

Bajó de la limusina y comprobó que su prima se había envuelto en una chistosa conversación con una de las chicas: Sidney Morrinson. Vestía con un estrecho traje verde con diamantina por doquier. Muy ostentoso, sin duda.

-¡Vaya, Sidney! Estás genial.- le mintió.

-Gracias, Cameron.- le contestó con cierto tono de envidia al ver su exquisito vestido.- Tú también estás muy guapa. Bonito traje.

- Lo sé, querida.- le contestó con un tono de prepotenia, pero no le importó ya que sabía que Sidney no le diría nada. Y dirigiéndose a su prima, quien se esforzaba por reprimir una sonrisa al ver la cara con la que se había quedado la chica por la contestación de Cameron, le dijo.- ¿Puedes creerte qué el chofer me ha preguntado que a qué hora iba a recogerme? Es increíble…

-Para ya, Cameron.- le contestó Georgia echándose a reír, tanto por el comentario como por la cara descompuesta aún de su amiga.- O acabaras consiguiendo que tu madre tenga que pagar un psicólogo para cada uno de los empleados.

-Aguantaran.-objetó.- Por cierto, Sidney- volvió a dirigirse a la chica quien había recompuesto su fachada.- ¿Qué haces aquí?

-¿Perdón? ¿Qué quieres decir, Cameron?- preguntó inocentemente.

-Pues, que quién te ha invitado. Digo, nosotras vamos con mi hermana. ¿Es qué conoces a los Queen?

-Tranquila, Sidney, respira. Te lo pregunta por curiosidad, querida. No es una reprimenda.- le bromeó Georgianna que rompió a risas al observar la cara de espanto de Sidney. Ésta creía que a Cameron no le parecía grata su asistencia en la fiesta y no tardó en pensar alguna forma para volver de inmediato a su conforable casa.

-Bueno, vengo con mi hermana, Cameron.

-Oh, genial. Vamos, no te preocupes, no lo pasaremos increíble, chica.- la animó Cameron, que también se había percatado de la tensión en el humor de su amiga, intentando que se relajara y sinceramente disfrutara de la noche.

En la suntuosa puerta principal esperaban una gran cantidad de invitados, que vestían como si fuese la gran fiesta de Año Nuevo. Un gigantesco hombre, el portero, afrontaba la puerta con una lista entre sus rudas manazas.

-Buenas noches, ¿nombres?- les preguntó amablemente.

-Cameron Saint Bonnet y Georgianna Nutini Da Coppi.- contestó decidida Georgia.

El hombretón se llevó su tiempo revisando la lista hasta dos veces antes de decir:

-Lo siento chicas, pero me temo que no estáis en la lista.

-Eso tiene que ser un error, señor. “Tenemos” que estar.

-No es un error señorita Saint Bonnet. Lo he mirado bien. Lo siento de nuevo. Por favor retírense, obstaculizan la cola.

Ciertamente había una inmensa y fogosa cola de elegantes personas esperando tras ellas.

-Perdone, ¿podría mirar el mío?- intervino la acompañante de las chicas.- mi nombre es Sidney Morrinson, la hermana de Sophie Morrinson.

En esta ocasión el hombre no tardó en buscar y aún menos en contestar. Mientras las amigas la miraban incrédula por el atrevimiento de entrar sin ellas.

-Lo siento señorita, pero usted tampoco. Ahora no se ofenda pero es necesario que se aparte a un lado. Gracias.

Rápidamente Sidney acató órdenes acercándose a las chicas, cuando, apareciendo de la nada, Courtney las agarró por la espalda empujándolas de nuevo al gran portero.

-Kevin, no te preocupes, vienen conmigo. Son familia de Leonor.

-De acuerdo.- les dijo el hombretón mirándolas una vez más, para después con la sonrisa más amable de la noche, añadió.- Podían haber avisado antes, chiquitas.

Dejó espacio para que pasaran las mujeres, pero Georgianna escuchó como susurraba para sí mismo Que clases de trastadas habría hecho su prima Leonor para que todos la temieran de tal forma. Su orgullo crecía aún más cada día que pasaba en Manhattan.

Entonces entraron en el extraordinario salón de los Queen. Era una preciosa habitación, enorme y acomododa. Todo brillaba a su paso. El decorado era magnífico y elegante. Los invitados quedaban boquiabiertos con cada detalle que veían. Las enormes lámparas de araña que colgaban del techo parecían pequeñas estrellas en el fondo, poco iluminaban dejando un entorno tenue y festivo. La música de moda sonaba por cada uno de los rincones pero no se acertaba a encontrar los altavoces donde salía el conveniente ritmo. Todo parecía sacado de una increíble película de Hollywood, en las que todos los espectadores envidiaban su decorado.

Las mesas estaban repletas de comida, canapés, caviar, paté… Y junto a los deliciosos platos, las copas de champan y demás botellas selectas.

-Courtney, ¿dónde está mi hermana?- preguntó Cameron al percatarse de que Leonor no acompañaba a Courtney.

-Se fue tras vosotras. Confiaba en que vendría contigo.- le contestó.

-Pues no lo ha hecho.- Esa respuesta intranquilizó muchísimo a Cameron.- ¿se olvidó el móvil en tu casa, Court?

-No, Cameron. Pero no te preocupes, cariño. Seguro que está por ahí con tu cuñado.- dijo Courtney intentando infundirle un poco de paz y mirando al frente, divisó a dos figuras.- ¡Mira quienes vienen por ahí! ¿Qué tal reinas de la belleza?

-Hola, preciosa.- saludó una chica alta, con una figura expectante y con un brillo especial en sus ojos.- Vaya, ¿a quiénes me traes por aquí?

-Mira, te las presento. Ella es Cameron Saint Bonnet, la hermana de Cameron, quien tiene que estar rondando por aquí haciendo actos indecentes con Oliver Mason.- señaló en tono de broma Courtney mientras su mano se agarraba al hombro de la prima de Cameron.- y ella es Georgianna. La mismísima Georgianna Da Coppi, prima de ésta, también.

-Vaya, encantada, me llamo Candie Queen. Ya veo que tengo el honor de presenciar en mi fiesta a dos futuras reinas de Manhattan. Vaya, Cameron, igual de bella que tu hermana, quien por cierto no he tenido el placer de ver aún. ¿Dónde está?- le preguntó con una afectuosa sonrisa entre sus perfectos rojos labios, mientras con un ligero movimiento se desalojó su liso cabello rojizo de la cara.

-Pues no lo sé. La perdimos esta tarde y aún no sabemos dónde se encuentra.- le contestó con tono preocupante.

-Oh, tranquila, cariño. Estará con Oliver. Luego la buscaremos.

-Hola, me llamo Sidney Morrinson.- intervino la chica que aguardaba, un poco marginada.- Soy la hermana de Sophie.

-Vaya, parece que mis invitadas trajeron a toda la familia. ¿Está tu abuelita por ahí, encanto?

-Eh… pues…

-Georgianna Da Coppi, veo que la familia de mi querida amiga tiene una buena genética. Me chismorrearon por ahí que eras el centro de atención en el David Clarence.- volvió al tema Candie Queen.

-Sí, bueno, ya sabes. Todo lo nuevo es el centro de atención.- le contestó tranquilamente la chica.

-Sí, es cierto. Mirad, os presento a mi hermana, se llama Britana Queen. Ven, Britany. – se giró buscando a su hermana y acercándola al grupo de chicas señaló.- Ella es Georgianna Da Coppi y Cameron Saint Bonnet, la hermana de Leonor. Éstas fabulosas chicas son con las que tienes que salir, no con esa panda de descarriladas a las que llamas amigas.

-¡Candie!- se enfurruñó la chica. Tenía el mismo tono de color en el cabello que su hermana, pero ésta no tenía la misma belleza inhumana de la mayor. Aunque de igual manera, guapa.- Hola, soy Britania. Encantada.

Un chico de tez morena y pelo rubio pasó por el lado del grupo de chicas, cuando todas fijaron su atención solo en él, se notaba que no era del mismo Nueva York, tendría que venir de California, Miami o Florida.

-¡Josh Betancourt!- exclamaron casi al unísono Courtney y Candie.

-Nos vemos luego, chicas.- dijo con fiereza Courtney mientras agarraba del brazo a su amiga.

-Tened cuidado, preciosas.- añadió Candie arrastrada por la última.

-Vaya, vaya… Así que tenemos aquí a la famosa Georgianna Da Coppi.- señaló Britania mirando con interés a ésta.- Cameron, no me esperaba que fuese así tu prima. – y dando un ligero vistazo alrededor, comprobó que otra chica más estaba callada entre ellas.-Oh, Sidney, no te había visto. ¿Qué tal estás?

-Muy bien, Britany, gracias. Espero que tú te encuentres igual.- respondió complaciente la niña.

-Aún mejor, guapa. – y volviendo a dirigirse a las primas añadió.- Bueno, Georgianna, mi hermana me chivó tu pequeño plan. Es realmente malévolo. ¿Puedo saber la causa de tal “putada”? Sabrás que le joderás la existencia, ¿verdad?

-Claro, claro que sí. Eso es lo que espero.- dijo con una perversa sonrisa y un brillo de picardía en sus azulados ojos mar.

1 comentario:

  1. HOLA GRACIAS PO PASARTE POR MI BLOG :D
    TU BLOG ESTA SUPER!! :)

    ENLAZAMOS?????

    TE ESPERO BYE!

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