lunes, 15 de febrero de 2010

David Clarence, fundador del colegio privado más célebre de todo Manhattan

En el instituto David Clarence esperaban con una superficial impaciencia a las chicas que aún estaban por bajar de la ostentosa limusina. Esperaban dar la bienvenida a la nueva alumna de aquel instituto tan prestigioso de Manhattan. Georgianna acababa de trasladarse debido a la necesaria incorporación de su madre, Elizabeth Nutini Da Coppi, en la empresa familiar. La empresa Néstor iba viento en popa hasta que el presidente Allen Néstor, el padre de Elizabeth, murió y repartió todas las acciones de la empresa entre sus cuatro hijos, los cuales trabajaban en la misma empresa a excepción de Elizabeth Da Coppi que vivía junto con su marido y sus hijos en Assis, Italia.
Georgianna había estado viajando continuamente a Estados Unidos por cada cumpleaños o fiesta que se celebrara y se alojaba en el Hotel Salvagal cuando era acompañada por sus padres y en casa de los Saint Bonnet cuando viajaba sola. Cuando eran pequeñas acostumbraban a jugar juntas Cameron y Leonor, pero según crecía Leonor, ya más mayor, se iba distanciando de estos juegos infantiles y comenzaba a salir a la calle a altas horas, se adentraba en la bebida y más sustancias fáciles para aquellos con dinero, fiestas, chicos, y cantidades de amigos. Leonor era extremadamente extrovertida y divertida, además de bonita y no tardó en ser de las más famosas del lugar, todos la conocían y la saludaban sin pudor cada vez que la veían. Leonor felizmente les contestaban de igual manera. Pero Cameron y Georgia aún seguían siendo niñas y jugaban solas. Pasaron los años y Leonor formó su grupo de amigos inseparables y salía continuamente, con vestidos increíbles a fiestas de alta clase. En esos tiempos ya Cameron comenzó por los mismos tiros que su hermana mayor, cosa que en un principio no le hacía mucha gracia a su prima que seguía queriendo jugar e imaginándose historias y vivirlas como antaño hacían.
Pero ya era la hora de crecer, salir y vivir historias reales, ya no eran juegos imaginados, ni películas.
Cameron entabló una larga amistad con unas compañeras de clase que a lo largo de los años formaron un grupo de un total de ocho adolescentes de doce años: Cloe, Wendy, Nicole, Sarah, Sídney, Kaytlin y Savannah. Ésta última la mejor amiga de Cameron Saint Bonnet.
Las chicas siempre recibieron de la mejor manera a la prima de Cameron que sin duda le gustaba cada vez más salir por Nueva York.
-Hola chicas.- saludó alegremente Georgianna a todas.- Ya llegué por fin.
-Pues ya era hora.- dijo Savannah levantándose para abrazarla cariñosamente.- ¿Todo bien?
-Nada podría ir mejor, gracias.
Contestado esto todas se dirigieron a sus primeras clases cuando Stevan Betancourt pasó por delante.
-Sídney.- susurró Georgianna a la chica de apariencia asiática, su larguísimo pelo se movía estrepitosamente con cualquier leve movimiento de cabeza de ésta.- ¿Quién es el que está allí?- preguntó señalando al guapísimo chico de pelo rubio y perfectamente peinado que se acercaba a Savannah Rogerlon.
-¿Stevan? ¿El qué está junto a Savannah?
-Exactamente.- aclaró sin dejar de mirar a su nuevo objetivo.
-Lo siento Georgi, es propiedad de Rogerlon.- le indujo mirándola con ojos divertidos.
-No puede ser, la mosquita muerta se lleva a todos los mejores.- contestó con cierto tono de rabia, y se volvió a mirar a su amiga.
-Es lo que tiene tener un bonito cuerpo, querida. Vamos, acaba de entrar el profesor Thomas.- dijo justamente cuando Stevan le plasmaba un beso a su chica.
-Sí, vamos.
Cuando Georgianna entró, no pasó desapercibida como había pasado al salir de la limusina, solo que no se había dado cuenta hasta ese momento.
-¿Qué es lo que pasa?- preguntó con tono inocente.
-Fácil, ¿te dio tiempo de mirarte al espejo esta mañana?- le preguntó Cloe mientras pasaba a su lado sin mirarla. Aunque Georgianna sí que lo había hecho, decidió mentir.
-No, la verdad, tenía prisa.
-Pues el uniforme te queda como ninguna, estás genial. Apuesto a que iras a la próxima fiesta con Jason Gleen.- Cloe se sentó en un mesa con asiento libre a su lado, puesto que Sídney se había ido a sentar con un chico de tez morena, Georgianna se acercó a la mesa libre.
-¿Quién es Jason Gleen? ¿Y con quién se ha sentado la atolondrada de Sidd?
-Demasiadas preguntas, Geor, para tan poca paciencia. A final de clase.- le contestó Cloe con la intención de concluir el interrogatorio.
-De acuerdo, pero ¿quién es Jason Gleen?- le insistió.
-El más guapo del David Clarence, pesada.- le dijo molesta y mirándola ferozmente a los aturdidos ojos azules de su amiga.- ahora cállate.

Genial, al menos ya tenía pareja para el curso que le esperaba.

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